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11:01 a. m.
En gran cantidad de situaciones y eventos que ocurren a diario en mi vida, las cuales muchas veces pueden parecer simplemente cotidianos, resultan por parecerme obvios y monótonos; tanto que en muchas oportunidades las doy por contado y no me percato de lo diferente que son cada día que viene y va. Al manejar frecuentemente a la universidad, me encuentro en un habitáculo que ha sido construido y definido, localizado dentro de un vehículo motorizado y montado sobre cuatro llantas y, me movilizo en una ciudad estructurada y transitada. A diario las rutas existentes son diversas, pero mi selección sobre ellas se encuentra definida por la necesidad que genero en recorrer los espacios en menor tiempo, de tal forma que pueda optimizar mi transcurso del punto de partida al punto de interés (en caso de no ser la universidad, claro está). Son esquemas lógicos que comienzo a generar y aplico de manera inconsciente, al punto en que toda las sensaciones y eventos que ocurren en mi entorno comienzo a omitirlos; se podría decir que el arte de manejar comienza a perder sentido y, la vida que transcurre durante ese periodo de tiempo se ve desprestigiada y probablemente olvidada.
Una vez entrado en la deriva, tanto en los lugares “comunes” para mi trayecto como en rutas aleatorias o alternativas, me he puesto en la tarea de registrar videos y fotos durante el transcurso de mi conducción. En cada una de estas fotos he encontrado detalles de coloraturas, luces, movimiento, manejo de espacios, cambio de escenario, entre muchas otras cosas, lo cual es muy difícil de identificar si se está transitando sin la posibilidad de registrar los momentos en un video o foto, teniendo en cuenta que me encuentro transitando en un vehículo que varía de velocidad, entre 0 – estacionado - a más de 80 kilómetros por hora.
Entre las diversas fotos, se puede encontrar cómo los paisajes varían si se fija el transcurso entre ciudad y campo, entre vías internas y carreteras, entre arquitecturas circundantes y paisajes vegetativos , etc., y se puede encontrar cómo los espacios comienzan a volverse más ocupados en la ciudad. En el transcurso entre día y noche, se puede notar cómo las laces comienzan a tener una papel mucho más importante y condecora ambientes y sensaciones marcadas una vez se deja de obtener la luminiscencia de la luz del día; el blanco, el rojo y el amarillo son los colores de luces que predominan en la ciudad y en el campo, por lo menos entre Bogotá, Tenjo, Tabio, Cajicá, Chía, Tunja y Tocancipá.
Aún así, la capacidad visible del entorno es más fácil de apreciar por el día que por la noche, especialmente en cuanto a los paisajes en el campo o zonas en las afueras de la ciudad, puesto que la luminosidad de los reflectores y bombillos sólo alcanzan a dar una visibilidad muy restringida; en la ciudad, por el otro lado, las luces alcanzan a abarcar, debido a su cantidad, distancias suficientes que permiten una posible observación preservada de la ciudad del día pero abarcada por la noche.
Específicamente en algunas fotos, se puede observar cómo el transito de los vehículos se encuentra mucho más independizado al del de los transeúntes y los ciclistas. Se pueden observar imágenes donde es fácil identificar que los recorridos realizados por las bicicletas y los caminantes es bastante similar y, aunque las tres formas de transportarse se encuentren señalizadas y preestablecidas, la libertad en el manejo de transportación es mucho mayor en las que no dependen de un sistema motorizado. En casos de congestión, los medios de transporte pueden demostrar imágenes caóticas, tales como las de los trasnmilenios completamente ocupados, o durante los trancones de carros por toda la ciudad – momentos en los cuales se puede percibir con mejor detalle los alrededores, colores, sensaciones, olores y situaciones que estén ocurriendo, como el caminar de un vagabundo, los grafitis en las paredes o el canto de un copetón en un árbol. Los niveles auditivos en la ciudad son extremadamente duros y sobre lapados, mientras que en el campo son mucho más armónicos, lo cual puede ser apreciado en los videos que fueron tomados (teniendo en cuenta que las velocidades del carro y el papel del viento pueden intervenir con los sonidos individuales que pueden ser percibidos en el caminar o uso de la bicicleta.